Los sacramentos de la Nueva Ley fueron instituidos por Cristo y son siete, a saber, Bautismo, Confirmación, Eucaristía, Penitencia, Unción de los Enfermos, Orden Sacerdotal y Matrimonio. Los siete sacramentos corresponden a todas las etapas y todos los momentos importantes de la vida del cristiano: dan nacimiento y crecimiento, curación y misión a la vida de fe de los cristianos.
Siguiendo esta analogía se explicarán en primer lugar los tres sacramentos de la iniciación cristiana (Bautismo, Confirmación y Eucaristía), luego los sacramentos de la curación (Penitencia y Unción de los Enfermos), finalmente, los sacramentos que están al servicio de la comunión y misión de los fieles (Orden y Matrimonio). Ciertamente este orden no es el único posible, pero permite ver que los sacramentos forman un organismo en el cual cada sacramento particular tiene su lugar vital. En este organismo, la Eucaristía ocupa un lugar único, en cuanto "sacramento de los sacramentos": "todos los otros sacramentos están ordenados a éste como a su fin" (Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae 3, q. 65,a. 3, c).
(Catecismo de la Iglesia Católica 1210, 1211)